Salir a la montaña es una experiencia que combina aventura, libertad y conexión con la naturaleza.
Sin embargo, también implica riesgos reales, un mal paso, un cambio brusco de clima o una mala planificación pueden convertir una excursión en una situación de emergencia.
Ante los accidentes en la montaña, no basta con tener buena voluntad, es fundamental saber cómo actuar, con cabeza fría y recursos adecuados.
Hoy en esta guía te contamos paso a paso qué hacer en caso de sufrir o presenciar un accidente en montaña, desde el primer minuto hasta que llega la ayuda, para que puedas responder con seguridad y eficacia.
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¿Qué hacer justo después de un accidente en la montaña?
Si sufres un accidente de montaña, es normal que te pongas nervioso, si bien es importante que mantengas la mente fría para poder tomar las medidas necesarias para socorrer al accidentado, avisar a los servicios de emergencia y facilitar la labor de los profesionales de rescate de montaña.
En estos casos, ya sea un accidente de escalada en alta montaña, haciendo senderismo o practicando cualquier otra actividad, debes aplicar el protocolo PAS.
- Proteger
- Alertar
- Socorrer
¿Cómo proteger a la víctima de un accidente de montaña?
Cuando ocurre un accidente en plena montaña, el primer instinto suele ser correr hacia la persona herida.
Sin embargo, lo primero que debes hacer es detenerte, respirar profundo y evaluar la situación.
- Observa tu entorno para detectar posibles riesgos como terreno inestable, desprendimientos, animales salvajes o condiciones climáticas adversas.
- Y después, acércate con precaución al herido, sin precipitarte, y comienza por comprobar si está consciente.
Aquí es donde contar con coberturas de seguro de accidentes de senderismo y montañismo marca una gran diferencia, ya que estos seguros suelen incluir rescate especializado, atención médica en montaña e incluso evacuación aérea.
Tener uno contratado no solo te da respaldo, sino que acelera los tiempos de actuación y reduce la exposición al riesgo.
¿Cómo mantener la calma en una emergencia en montaña?
La clave está en controlar tus emociones.
El miedo y la adrenalina pueden nublar el juicio, así que repite mentalmente una instrucción clara. Respira, evalúa, actúa.
Si mantienes la calma, no solo podrás tomar decisiones más acertadas, sino que también transmitirás confianza al herido y al resto del grupo.
Usa un tono sereno, evita frases alarmistas y céntrate en lo que sí puedes hacer en ese momento. Y recuerda que cada segundo cuenta, pero no para actuar con prisa, sino con claridad.
¿Cuál es la primera acción que debes tomar si hay un herido?
Una vez que te aseguras de que no hay peligro inminente, evalúa el estado del accidentado.
Comprueba si está consciente, si responde a estímulos y si respira correctamente.
Si responde, háblale para mantenerlo alerta, y si no lo hace, prioriza el ABC de la emergencia:
- vía aérea
- respiración
- y circulación.
Si hay sangrado, intenta detenerlo aplicando presión directa. Llama a emergencias tan pronto como puedas, proporcionando datos precisos sobre tu ubicación, el estado del herido y las condiciones del entorno.
Cómo evaluar el estado del herido sin agravar la situación
Antes de intervenir, es esencial saber qué le pasa al herido.
- Pregunta qué siente, si puede mover extremidades, si tiene dolor agudo o siente mareo.
- No intentes moverlo a la ligera. A menudo, por querer “ayudar”, se cometen errores que empeoran las lesiones.
- Observar con atención y escuchar al accidentado es más útil que actuar sin pensar.
Recuerda. Evaluar no significa intervenir inmediatamente, sino entender lo que ocurre para decidir cómo actuar o si es mejor no hacer nada hasta que llegue el rescate.
¿Cómo saber si alguien tiene una fractura, golpe o hemorragia?
Algunos signos claros de fractura son dolor intenso localizado, imposibilidad de mover una extremidad, deformidad visible o inflamación repentina.
Si hay un golpe en la cabeza, presta atención a síntomas como desorientación, vómitos, somnolencia o visión borrosa.
En caso de hemorragias, lo más urgente es detener el sangrado con gasas, ropa limpia o lo que tengas a mano.
Cada segundo es importante, pero no hagas movimientos bruscos ni retires objetos clavados en el cuerpo, ya que podrían estar taponando una hemorragia interna.
¿Cuándo es mejor no mover a la persona?
Si sospechas de una lesión en la columna, cuello o cabeza, no muevas al herido, salvo que haya un riesgo de vida inminente.
Mantenerlo quieto y estable es la mejor forma de evitar daños mayores. Incluso si tiene fracturas en brazos o piernas, no traslades a la persona sin antes inmovilizar correctamente la zona afectada.
El movimiento puede provocar lesiones irreversibles. Si tienes dudas, siempre es mejor esperar a personal especializado.
Técnicas básicas de primeros auxilios en montaña
La montaña no espera. Mientras llega el rescate, cada minuto cuenta.
Por eso, tener conocimientos básicos de primeros auxilios es vital. Saber cómo detener una hemorragia, cómo inmovilizar una extremidad o cómo actuar ante un desmayo puede marcar la diferencia entre una recuperación o una complicación grave.
Además, muchos entornos de montaña dificultan el acceso rápido de los servicios de emergencia, por lo que ser autosuficiente es una necesidad, no una opción.
¿Qué debes llevar siempre en tu botiquín de montaña?
Un botiquín debe ser compacto pero funcional.
Incluye gasas, vendas elásticas, esparadrapo, tiritas, desinfectante, guantes de látex, analgésicos, suero fisiológico, pinzas, tijeras pequeñas, manta térmica, silbato y una linterna.
Y si puedes, añade un pequeño manual de actuación.
Revisa el contenido antes de cada salida y adapta el botiquín según la duración, altitud y clima de la ruta. Llevar lo justo y necesario te permite actuar con eficacia sin sobrecargarte.
¿Cómo improvisar una camilla o cabestrillo?
En terreno escarpado, mover a un herido es complejo.
Si no tienes una camilla, puedes improvisarla con bastones de trekking, cuerdas y una chaqueta o manta.
Para un cabestrillo, usa una camiseta, pañuelo o incluso una cuerda para sostener el brazo lesionado contra el pecho. Lo importante es reducir el movimiento y sostener el peso de la extremidad lesionada.
¿Qué señales puedes usar para pedir un rescate?
Si no hay cobertura móvil, el silbato es tu mejor aliado. Tres pitidos cortos indican llamada de socorro.
También puedes hacer señales con linternas o espejos si hay sol. En espacios abiertos, coloca rocas, ramas o ropa brillante formando una X o una S.O.S. visible desde el aire.
Cuanto más visible y contrastante, mejor. A veces, la señal adecuada puede ser la diferencia entre ser encontrado en minutos o pasar horas esperando ayuda.
¿Qué aplicaciones o dispositivos pueden ayudarte a comunicarte?
Existen apps como Alpify (Safe365), EchoSOS o S.O.S Emergencias que envían tu ubicación con solo pulsar un botón.
Algunas funcionan parcialmente sin señal, usando torres cercanas o WiFi.
Si haces montaña con frecuencia, considera invertir en un localizador satelital como Garmin InReach o SPOT, que funcionan sin red móvil y permiten enviar mensajes SOS o tu ubicación exacta a los servicios de emergencia.
¿Cómo evitar que el herido entre en hipotermia o sufra un golpe de calor?
La temperatura corporal también es crítica. Para evitar hipotermia, aísla al herido del suelo, cúbrelo con ropa seca y mantas térmicas y protege especialmente la cabeza, cuello y pies.
En caso de calor extremo, trasládalo a la sombra, hidrátalo con pequeños sorbos y abanícalo suavemente.
Ambos extremos térmicos pueden causar confusión, pérdida de consciencia o incluso la muerte. Por eso, la protección térmica es tan importante como tratar las lesiones físicas.
Como ves, conocer los accidentes de montaña más comunes te prepara mejor para prevenirlos
- Las caídas, esguinces, fracturas, insolaciones, hipotermias y extravíos son los incidentes más frecuentes.
- También pueden presentarse mordeduras de animales, picaduras, deshidratación o bajadas de azúcar.
Evitarlos no siempre es posible, pero anticiparse sí lo es. Por eso, un buen calzado, hidratación constante, abrigo por capas, revisión del clima, rutas planificadas y dispositivos de emergencia pueden reducir drásticamente los riesgos.
