El seguro deportivo es una herramienta crucial para cualquier persona que practique deporte con asiduidad, independientemente de cuál sea el ámbito o ámbitos deportivos a los que se dedique. Además, tendemos a pensar que el seguro deportivo solo es necesario para aquellas personas vinculadas al mundo de la competición o el deporte de alto nivel, pero lo cierto es que un deportista amateur también puede necesitar una póliza que cubra los riesgos a los que se enfrenta.
La práctica de deporte es sumamente beneficiosa para la salud y cualquier profesional de la medicina recomendaría a sus pacientes hacer ejercicio varias veces por semana, ya sea en menor o mayor medida. No obstante, el deporte puede traer consigo algunos riesgos que es importante conocer con el objetivo de anticiparse a posibles imprevistos.
Los accidentes deportivos ocurren constantemente y es por ello que el mercado asegurador pone al alcance de las personas y entidades múltiples seguros deportivos e incluso seguros deportivos por días. El objetivo de este tipo de pólizas es cubrir las necesidades del deportista, aficionado o profesional.
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¿Por qué contratar un seguro deportivo?
Por mucho que una persona esté habituada al deporte y conozca los riesgos que este lleva implícitos, no existe actividad deportiva 100% segura, pues muchas veces la seguridad depende de factores ajenos y que no están bajo el control de los deportistas.
En este sentido, en todas las actividades deportivas pueden suceder golpes, lesiones o imprevistos que derivarán en otras consecuencias, muchas de ellas de carácter económico. Así, estos son algunos de los motivos por los que contratar un seguro deportivo:
- Para que los gastos de asistencia médica y quirúrgica queden cubiertos por la póliza del contratante.
- Para recibir indemnización en caso de lesión, hospitalización y rehabilitación.
- Para tener cobertura en el extranjero.
- Para asegurar eventos deportivos y tener cobertura ante posibles imprevistos: la no celebración del evento por causas meteorológicas, la incomparecencia de deportistas por enfermedad o lesión y otras causas ajenas a la voluntad del asegurado que pueden hacer que el evento no se realice.
- Para recibir indemnización por pérdida anatómica o fallecimiento.
¿Cuándo es obligatorio contratar un seguro deportivo?
Según recoge la ley, desde 1990 todos los deportistas federados que participen en competiciones oficiales de ámbito estatal deberán ser contratistas de un seguro deportivo obligatorio que cubra los riesgos derivados de la práctica de la modalidad deportiva correspondiente.
Por este motivo, si estás asociado a un club deportivo que realiza competiciones, lo más probable es que ya estés asegurado. Si, en cambio, diriges un club o una asociación deportiva que realiza competiciones, deberías contratar un seguro deportivo obligatorio.
De hecho, aunque el club o asociación no participe en competiciones oficiales, necesitarás un seguro de responsabilidad civil que te proteja ante los daños y perjuicios que puedan afectar a los miembros de la asociación y por los cuales sus asociados puedan presentar demandas. En este sentido, un seguro de responsabilidad civil tiene el objetivo de resarcir económicamente el daño (corporal, material o económico) causado a un tercer perjudicado, cuando interviene la culpa o la negligencia.
Para deportistas ocasionales o personas que practican deporte de forma recreativa (salir a correr, montar en bici, hacer senderismo los fines de semana…), la ley del deporte no obliga a la contratación de un seguro deportivo, aunque sí es recomendable.
Sin embargo, hay algunas excepciones, puesto que la ley sí obliga a la contratación de un seguro de deportes a aquellas personas que compiten con vehículos a motor o embarcaciones, y también cuando las actividades acuáticas impliquen la utilización de vehículos de turismo activo para practicar buceo (recreativo o deportivo).
Del mismo modo, deben contratar un seguro deportivo obligatorio aquellas personas que se dediquen a la caza o a la pesca, ya sea de forma eventual o recurrente.
Por su parte, los técnicos deportivos (ya sean profesores de educación física, directores deportivos, entrenadores o monitores) tienen unos riesgos implícitos a su actividad derivados de las características de las actividades que imparten.
De este modo, son responsables de los daños que puedan sufrir los alumnos o deportistas que estén a su cargo durante la actividad, y de los causados a terceros por parte de personas que sean su responsabilidad. Si están federados dispondrán del seguro obligatorio de accidentes deportivos, pues así lo establece la ley.
Si la actividad profesional de técnicos deportivos o monitores se ejerce por cuenta de otro (un club o asociación deportiva) que ya tenga asegurada la cobertura por los riesgos de la actividad, el seguro deportivo tampoco será obligatorio.
¿Cuándo es recomendable contratar un seguro deportivo?
Un seguro deportivo puede convertirse en un instrumento de gran utilidad en muchas ocasiones, pues es imposible prever todos los riesgos que pueden ocasionarse en el marco de la actividad deportiva. No obstante, existen algunos ámbitos en los que este seguro es casi imprescindible.
Los deportes de aventura, deportes de riesgo o deportes extremos son sin duda los más propensos a generar riesgos. De este modo, es recomendable que aquellas personas que los practiquen de forma asidua u ocasional contraten un seguro deportivo. Estas son algunas de las actividades para las que será más necesaria la contratación de una póliza de estas características:
- Viajes que puedan incluir la práctica de deportes de aventura: es importante recibir cobertura en el extranjero, especialmente si durante el viaje se van a desarrollar actividades que pueden ser consideradas “de aventura”, como el montañismo, la escalada, el buceo, y mucho más.
- Deportes de montaña como senderismo, montañismo, escalada o alpinismo: sin duda, la montaña puede implicar algunos riesgos como caídas o desprendimientos, de modo que es esencial contar con un seguro que proteja a las personas ante los accidentes que pueden ocurrir en este ámbito.
- Deportes de nieve como el esquí, el esquí de montaña o el snowboard: las lesiones en la nieve y las lesiones fuera de pista son algunas de las más comunes durante los meses de invierno. Un seguro de esquí se puede convertir en una herramienta crucial en caso de accidente o lesión.
- Deportes acuáticos como el windsurf, el kitesurf, el surf o el buceo: los golpes con otros deportistas, los ahogamientos, las picaduras de medusa… Los peligros del mar pueden llegar a ser muy variados y quienes practican deportes en él deben estar protegidos ante todos ellos. Un seguro deportivo acuático es la solución frente a cualquiera de los incidentes que puedan ocurrir.
Practicar deportes de forma segura puede ser muy beneficioso para la salud física y mental, de modo que no debería haber motivos para no hacerlo. La seguridad de contar con total protección ante cualquier accidente que pueda ocurrir hará que cualquier persona disfrute mucho más de su actividad física, con total tranquilidad para el desarrollo de la misma.
Si estás pensando en contratar un seguro deportivo o dudas si deberías hacerlo, puedes contactar con Galia sin compromiso y nuestros asesores te ofrecerán la información que necesitas. Explícanos tus inquietudes y te asesoraremos de forma personalizada para que recibas la mejor atención y podamos diseñar una póliza exclusiva para tus necesidades.
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